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“¡Fuera Máscara (de nuevo)!” Montevideo Portal estuvo en el estreno de la 2ª temporada

El año pasado “Quién es La Máscara” arrasó con el rating y conquistó las redes sociales. Ahora vuelve con el reto de mantener el hermetismo.

14.04.2023 04:35

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2023-04-14T04:35:00-03:00
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Por Gerardo Carrasco
  gcarrasco@m.uy

Este jueves se produjo el esperado y anunciado estreno del segundo ciclo de ¿Quién es La Máscara?. El año pasado, la versión uruguaya de este formato internacional fue un verdadero éxito y tuvo un “efecto secundario” inesperado incluso para sus realizadores: el programa copó Twitter y logró formar allí una comunidad unida por la curiosidad, el humor y los memes, y sin hundirse en el maelstrom de ira en el que a veces se transforma esa red social.

Anoche, todo el equipo de producción y los protagonistas del programa se reunieron en los estudios de Canal 12 para ver juntos y en pantalla gigante el estreno del primer programa de la segunda temporada, ciclo que constará de 12 entregas que ya fueron grabadas.

El conductor Maxi de la Cruz y el panel de investigadores, compuesto por Patricia Wolf, Sofía Rodríguez y Fabián Fata Delgado, fueron el centro de la velada, a la que —por razones de agenda— no pudo asistir el cuarto integrante de la mesa, el coreógrafo e instagramer Emir Abdul.

Dentro del estudio se vivió un clima de fiesta, camaradería y espontaneidad, algo que quedó demostrado por el entusiasmo con el que todos gritaron, aplaudieron y hasta cantaron durante la emisión del programa, tal como lo constató Montevideo Portal.

En ese aspecto se destacó la jovialidad y buena disposición de Sofía Rodríguez, que se divirtió como si fuera una espectadora más e ignorara el desenlace del capítulo, y contagió ese espíritu a todos quienes la rodeaban.

Te conozco, mascarita

Alejandra Borques, productora ejecutiva del programa, dialogó con Montevideo Portal y explicó el reto que constituyó asumir la producción del nuevo ciclo, luego de que el primero dejara la vara muy alta.

“El desafío era volver a sorprender, a entretener y a juntar a la familia delante de la tele”, tarea que implicaba “pensar de nuevo en figuras que se animaran a estar adentro de las máscaras”. Ese detalle no es nada menor, tal como quedó demostrado esa misma noche: la primera máscara develada fue la cantante Marta Sánchez, quien contó que uno de los factores que la llevaron a aceptar la propuesta desde Uruguay fue saber que “había una máscara que era espaciosa, casi como una habitación pequeña”, donde podría instalarse con relativa comodidad.

Sobre los disfraces, Borques expresó que “este segundo ciclo tendrá otra vez doce máscaras, y todas serán nuevas”, y serán ocupadas por “doce figuras que estarán a la altura de las del año pasado”.

En cuanto al criterio de selección, subrayó que “no se trata solamente de famosos, sino de gente que, de alguna forma, representa a la sociedad en que vivimos”. Por eso, detrás de las caretas pueden encontrarse “músicos, empresarios, políticos, gente vinculada a ámbitos que no estamos acostumbrados a ver en el mundo del espectáculo, personas a las que vemos serias, contestando sobre algo importante” adelantó a modo de feble indicio.

Sé lo que hiciste el ciclo pasado

La temporada inicial del programa fue una verdadera prueba de fuego para Canal 12. Jamás se había producido en Uruguay un programa tan complejo desde el punto de vista logístico, ni se había trabajado con un nivel de confidencialidad tan grande como el que requería. En ese último aspecto se cifraba por completo el éxito o el fracaso del programa: si las identidades de los invitados se conocían de antemano, el producto perdería su razón de ser.

Ahora, la experiencia adquirida fue utilizada como base, y se añadieron algunos elementos.

“La realidad es que las figuras que convencemos para participar como máscaras, son las primeras en mantener el secreto: no les cuentan a sus parejas, ni a sus hijos o a los compañeros de trabajo, Eso implica que, cuando salen desenmascaradas, sorprenden a todos, especialmente a sus seres más cercanos”, cuenta.

Por otra parte, reconoce que se hicieron modificaciones en los “protocolos de seguridad” con el fin de asegurar el hermetismo.

“Teníamos cierto temor, porque el año pasado contamos públicamente cómo había sido nuestra logística”, información que los curiosos podrían usar para “seguir nuestros movimientos”. Por esa razón, la producción debió adoptar medidas más propias de un grupo guerrillero que de un equipo de televisión.

“Agregamos elementos de seguridad, cambiamos nuestros lugares de reunión y los puntos de encuentro” con los enmascarados, y se mantuvo la norma adamantina de limitar al mínimo indispensable la cantidad de trabajadores al tanto de la identidad de los invitados. Por ello, si bien decenas de personas participaron de la realización, solo tres de ellas tenían acceso a la “información clasificada”.

“Todos sentimos que somos parte del secreto mejor guardado de la TV”, expresa Borques, quien asegura que “el programa está tan bien pensado que, más allá de las especulaciones, hasta que el personaje se saca la máscara la curiosidad permanece”.

Y si de curiosidad de se trata, remarca que el ciclo constará de “diez programas, doce máscaras y una sorpresa”.

Dejarlo todo en el escenario

Uno de los elementos que sorprendió positivamente en el ciclo 2022 fue la calidad de los atuendos, algo que se hizo especialmente notorio meses más tarde, cuando se lanzó la versión argentina. El programa argentino no mostró el mismo cuidado por los detalles, y exhibió disfraces más modestos que los uruguayos.

“Las comparaciones son odiosas, pero inevitables”, señala Borques con humor cuando se le menciona esa diferencia.

Sobre las máscaras de 2023, explica que estuvieron a cargo de un equipo de quince personas dirigido por tres diseñadores, y que, al igual que el año pasado, se decidió que al menos una de ellas debía ser “autóctona”.

“El año pasado estuvo el tero, y ahora conseguimos hacer una mulita que es una maravilla”, adelanta.

La productora también encomia la labor del cuerpo de baile del programa, liderado por el coach y bailarín Elíseo Álvarez e integrado por Emanuel Núñez, Belén Pezano, Micaela Pagalday, Andrea Dibarboure, Matías Buriano y Álvaro Sánchez, quienes contribuyen a que cada performance se transforme en una suerte de videoclip en vivo.

Equipo que gana no se toca

Si bien las máscaras de este año son todas nuevas, así como sin duda lo serán sus inquilinos, se decidió mantener el mismo panel de investigadores.

“Los investigadores son piezas fundamentales del programa, los verdaderos disparadores del juego. Siempre insistimos en que ellos no saben nada de antemano, ven las mismas pistas que el público y cuentan con la misma información que los televidentes”, remarca Borques, quien añade que en esta nueva entrega, y con la experiencia adquirida el año pasado, los cuatro refinaron y potenciaron sus procedimientos detectivescos.

“Investigan más, revisan los perfiles de redes sociales de los ‘sospechosos’, leen mucho, averiguan... son muy divertidos, compiten muchísimo, se divierten y divierten a todos”, describe.

Solo sé que no sé nada

Al igual que los investigadores, Maxi de la Cruz repite rol en el programa. Como conductor, coordina las intervenciones de los investigadores, recibe a las máscaras y, al cierre de cada entrega, le arranca literalmente la cabeza a una de ellas.

Entrevistado por Montevideo Portal, afirma que el trajín de los rodajes es tan agotador como gratificante.

“Grabamos mucho y lo disfrutamos un montón. Con los investigadores siempre hablamos de lo importante que es disfrutar de ese día a día, porque, aunque es cansador, luego lo extrañamos pila”, señala.

También reconoce que el año pasado le sorprendió el éxito que tuvo el programa en las redes sociales.

“Sin querer, ese espacio se convirtió en parte del programa, y fue buenísimo. Me encanta que hagan memes, porque los hacen con humor y respeto, y además son una señal de que llegaste a la gente también por ese lado”, considera.

Y si de gente se trata, admite entre risas que ya se dio por vencido en el reto de convencer a todo el mundo de que él no forma parte de los “elegidos” que conocen la identidad de los invitados.

“Yo ya no sé más qué decirles, al final les digo que está bien, que si no me quieren creer, no me crean”, dice acerca de las innumerables preguntas que recibe al respecto.

E incluso luego de finalizadas las grabaciones, cuando sí está al tanto de las identidades de aquellos a quienes él mismo despojó de las máscaras, el presentador se mantiene abroquelado en el enigma.

“En la interna familiar no le digo a nadie. A veces estamos mirando el programa y me preguntan quién es el enmascarado, y les digo que esperen y miren”, relata.

La tele en los genes

Décadas atrás, Arturo Cacho de la Cruz supo estar al frente de varios proyectos televisivos exitosos e innovadores. Ahora, sobre su hijo recae la tarea de conducir un programa que reúne esas mismas características.

“No lo había pensado, pero es verdad”, comenta cuando se le señala esa simetría. “Son caminos que uno va generando”, añade, y destaca que La Máscara marca para él “un antes y un después”.

“Es algo muy distinto, a todo nivel: en materia de producción, de soporte técnico, en el contenido y también en lo humano”, enumera. “Es algo tremendo, y muy grande también en audiencia. Yo nunca había estado en un programa que marcara semejantes números”, destaca, y agradece “la confianza del canal” por ponerlo al frente de su proyecto más ambicioso.

Para De la Cruz, el éxito del programa obedece, más allá de su contenido, a la gente que lo impulsa.

“Es una mezcla, hay un trabajo muy profesional y mucho cariño detrás”, concluye.

Por Gerardo Carrasco
  gcarrasco@m.uy



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