Contenido creado por Ignacio Alcuri
Siete días en el multiverso
7 días en el Multiverso: Ep. XXII

Un análisis palabra por palabra de la única noticia interesante de toda esta semana

Acompañen al autor de esta columna mientras se queda ciego y analiza en demasía algo que no le importa a nadie.

25.01.2019 12:56

Lectura: 9'

2019-01-25T12:56:00-03:00
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Comencemos por el primer problema: no veo nada. Mentira, exagero. Lo mío siempre fue la exageración, desde mi nacimiento en el siglo 4 antes de Cristo. Podría decirse que tengo un Premio de la Academia en la categoría de Mejor Exageración, pero resulta que en realidad había ganado Moonlight y yo tuve que cortar el discurso de agradecimiento y entregar la estatuilla a sus legítimos destinatarios.

Resulta que estuve en idas y vueltas con mis ojos, porque un día se meten en la maquinita que dice que ven mal y da una cosa, y otro día se meten en la maquinita que dice que ven mal y da otra cosa, y yo no puedo hacerme un par de lentes para cada día y para cada malitud ocular (la expresión existe, y si no existe la inventamos acá, el idioma crece todo el tiempo).

Hoy me desperté viendo borroso y todavía veo borroso, así que esta columna ya viene mal barajada. Y para peor, entré a la web de mi servicio mutual de cobertura médica y me dan hora para el oftalmólogo en marzo. Ni me fijé de qué año, no puedo esperar. Sin exagerar (mentira), para febrero seguramente no vea absolutamente nada, al menos del ojo derecho, que creo que es el que viene jugando sucio cada vez que me quiero hacer cristales nuevos, y hoy de mañana también.

O de pronto dormí demasiado (veinte horas entre las últimas dos noches), o me afectó lo que me tomé para el dolor de cabeza ayer de noche, o finalmente el hecho de hacer malabares con 153 pelotitas hizo saltar uno de los fusibles del cerebro. Y era justo el fusible que ayuda a que el ojo derecho haga mejor el foco. Nunca lo sabré. Especialmente si la respuesta llega por escrito y tarda más de dos días en llegar, porque para entonces ya no veré absolutamente nada. Sin exagerar.

Perdón, alejé mi vista un segundo del monitor y al volver había un cuadro expresionista en lugar de una hoja de Word. En fin, que no estamos acá para hablar de mí y esta columna tiene una única misión en la vida: resumir la última semana de noticias poñas (pop + ñoñas) que ocurren en Uruguay y el mundo. Que siempre suelen ser en "el mundo".

Y aquí llegamos al segundo problema, un poco más grave que quedarme progresivamente ciego. Como sabrán los habitués de este espacio, el método de recopilación de poñeces es sencillo: un mail en los drafts de Gmail donde guardo links para repasarlos cada viernes.

Pues bien, ese mail tiene un solo link. Un. Solo. Link. No es una referencia a Un solo Uruguay; de verdad en toda la semana solamente encontré una noticia para comentar en este espacio, y ni siquiera es tan buena. Quizás haya tenido que ver con las 153 pelotitas que giraban en el aire delante de mi persona, pero, bueno, con 152 no llego a fin de mes.

Lo bueno de que sea un solo link es que tenemos tiempo para desmenuzarlo y comentarlo en profundidad. Así que adelante con la información sin más ni más que todavía veo (borroso, pero veo).

De tal capo, tal astilla

La precuela de los Soprano seleccionó a Michael Gandolfini, hijo de James Gandolfini para interpretar al joven Tony Soprano.

Fin.

Ta, era eso. Les dije que no valía mucho la pena, pero en su momento decidí guardar el link y aquí estamos. ¿Qué hacemos con eso? No queda otra que diseccionar la noticia, palabra por palabra. Literalmente.

La: una nota musical, popularizada por la canción "Do-Re-Mí", de La Novicia Rebelde. No sé nada de música, tengo un pésimo gusto musical (no me avergüenza decir que "escucho de todo" y que prefiero el silencio o el ruido blanco) y a Julie Andrews la prefiero en Mary Poppins. El otro día la vi de nuevo y es muy buena película, excepto por los 20 minutos de los deshollinadores haciendo acrobacias en las azoteas justo cuando todo tenía que terminarse.

Precuela: un recurso cada vez más utilizado a la hora de contar historias. Popularizado por George Lucas en su "Trilogía de los midiclorianos", podemos encontrar ejemplos varios en Hollywood. La mejor de todas seguramente sea El Padrino, precuela de El Padrino 2, que por error fue estrenada dos años antes.

De: Cuarta letra del alfabeto, relegada a un rol menor, ya que todo el mundo habla del "ABC de no sé qué cosa", "el ABC de la mecánica automotriz", "el ABC de las precuelas de mafiosos", y la pobre D ahí queda, esperando que las otras tres se mueran para ocupar su lugar, como ese heredero de un viejo de 97 que no puede esperar a que el viejo espiche para recorrer el mundo, pero ya tiene 75 años y no puede caminar hasta la esquina.

Los: En realidad la serie se llamaba Lost, pero en España la pronunciaban así. De hecho, en su primera emisión se estrenó como La isla de los sobrevivientes y a Hurley le decían Hugo Reyes. ¡Hugo Reyes! ¿Te das cuenta cómo los gallegos le cambian el nombre a todo? No tienen perdón. Ponele que la monarquía está bien, se necesita a una familia corrupta que los gobierne a todos (en América Latina es muy común). Pero lo de Hugo Reyes es terrible.

Soprano: Es importante aclarar que en castellano los apellidos no agregan una ese al final. Es The Simpsons en inglés, pero es Los Simpson en español. Y es The Sopranos en inglés y Los Soprano en español. En el caso de El Padrino es más sencillo, porque no es un apellido y porque es singular. Básicamente, no tiene nada que ver con este ejemplo salvo por la presencia de mafiosos en la trama.

Seleccionó: En el periodismo el uso del tiempo pasado no está tan extendido como debería. Una noticia de 1986 decía "Muere Jorge Luis Borges". ¿Sigue muriendo hasta nuestros días? ¿Por qué no decir "murió"? ¿Tanto cuesta hacernos a la idea de que Borges ya no está entre nosotros? Y hablando de talentosos escritores ciegos... Ando bien, gracias por preguntar.

A: La primera letra. El primer tercio del popular "ABC". Creo que no se merece que hablemos de ella. Todo el mundo lo hace, incluso en el dentista o cuando el doctor te pone la paletita en la lengua.

Michael: Michaels famosos hay muchos. Michael Jackson, Michael Douglas, Michael Jackson (no, ese ya lo dije). Michael... Landon, aunque su nombre real era Eugene Maurice Orowitz. Michaelangelo es como le dicen a Miguel Ángel los yanquis. La tortuga Miguel Ángel también entra en la categoría. Y Michael Corleone, ya que estamos hablando del crimen organizado.

Gandolfini: No hay muchos Gandolfini famosos. Nótese cómo no le puse plural al apellido. Está James Gandolfini, que muere en 2013 y sigue muriendo en nuestros corazones hasta el día de hoy. Cómo extrañamos el sonido de su respiración nasal. También está el hijo, Michael, que no es famoso o hubiera estado en el párrafo anterior.

Hijo: No hablemos de la palabra "hijo", tan bastardeada desde la mismísima Biblia ("sacrifica a tu hijo", "Padre, Hijo y Espíritu Santo", "cortá con el diluvio, grandísimo hijo de puta"), sino de una palabra mucho más linda: híjole. Híjole es una interjección coloquial que denota sorpresa. "¡Híjole!".

De: ¿Todavía no murieron A, B y C? Les queda poco.

James: Brown, Bond, Spader y Gandolfini. Pará de contar. Si te llamás James estás condenado a trabajar en un Kentucky Fried Chicken o a fundar una compañía de calefones en Uruguay. Otro día les contaré la historia de James James, pronunciado "yeims yames", pionero en el desarrollo de los termotanques. Porque en realidad lo que nosotros llamamos vulgarmente calefones son termotanques.

Gandolfini: Desde que me referí a este apellido no aparecieron nuevos Gandolfini ni Michael logró llegar al estrellato. Así que sigue todo igual.

Para: O mi mamá dispara. Está claro que cualquier ser humano de bien que escuche la palabra "para", de inmediato pensará "o mi mamá dispara", en referencia a Para o mi mamá dispara, la película de 1992 que fue ignorada por la Academia en la entrega de los Premios Óscar de 1993. Recuerden, niños: este mundo es injusto y un día despertarán medio ciegos.

Interpretar: Ya que la vida apesta, juguemos a ser alguien más. No esperemos a Halloween para ponernos una máscara y utilicemos nuestras capacidades para ponernos en la piel de otra persona. Este consejo no incluye falsificar firmas, pedir préstamos usureros con cédulas ajenas o ingresar en el Programa de Protección a Testigos. Si sos buchón, bancátela.

Al: Pocos lo saben, pero José "Pepe" Argento, el personaje que interpretaba Guillermo Francella en la serie Casados con hijos, está basado en Al Bundy, el personaje que interpretaba Ed O'Neill en Matrimonio con hijos. Por eso les resultaba tan similar, aunque las historias no tuvieran nada que ver y todo ese timing perfecto del humor de sitcom fuera sustituido por sonrisas cómplices a cámara y exceso de errores que permanecen en la edición final.

Joven: Yo ya no lo soy. Eso es un hecho de la realidad. No sé si dejé atrás mis mejores años, porque tampoco es que hayan sido la gran cosa. Venía en declive desde 2013 (ponele) y en 2017 metí un buen año, lo confieso. Para entonces usaba lentes, pero veía bien, no como este flan que tengo frente a los ojos mientras escribo en la computadora. Igual dicen que los 39 son los nuevos 15, así que en marzo hago fiesta y me voy a Disney. Si saco el Cinco de Oro.

Tony: Los Premios Tony celebran lo más destacado del teatro estadounidense y se entregaron por primera vez en 1947. Aquellas personas que ganan un Emmy, un Grammy, un Óscar y un Tony se les dice "ganadores EGOT". No son tantos, solamente quince. Whoopi Goldberg y otras catorce personas.

Soprano: Así se denomina a la más aguda de las voces humanas y por extensión a esa persona que posee una voz de esas características. Julie Andrews es una soprano. ¿Ven cómo todo tiene que ver con todo?

Mi opinión jugada, subjetiva y por lo tanto indiscutible: Necesito vacaciones.

Ignacio Alcuri es tuerto de nacimiento, porque su padre lo hizo socio del (por entonces) Club Atlético Defensor. Ahora teme ser tuerto por malitud ocular.