Contenido creado por Florencia Bengoa
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Lo peor está por venir

Selena Gómez afirma que “las redes sociales son terribles” para su generación

La estrella de Hollywood, que actualmente es el usuario con más seguidores, aseguró que le “aterroriza” la exposición de los jóvenes.

15.05.2019 13:37

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2019-05-15T13:37:00-03:00
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Considerada como la reina de las redes sociales, con más de doce millones de likes en sus publicaciones, Selena Gómez considera que las redes sociales son "terribles" para su generación.

En el estreno de la película Los muertos no mueren en el Festival de Cannes, una película de zombis de Jim Jarmusch, la estrella pop explicó que trata de dar el buen ejemplo a sus 150 millones de seguidores en Instagram.

"El mundo está pasando por muchas cosas ahora. Lo que Jim trata de transmitir en este filme es que las redes sociales son terribles para mi generación", dijo Gómez, de 26 años.

Estas declaraciones tuvieron lugar después de que esta semana una adolescente se suicidara en Malasia tras consultar si debía quitarse la vida a sus seguidores de Instagram.

La celebridad de Hollywood también disparó contra las fake news en las redes: "Me aterroriza ver hasta qué punto se exponen estos jóvenes. No están al corriente de las noticias. Es peligroso que la gente no tenga la información adecuada", prosiguió.

Junto a sus compañeros de reparto como Adam Driver, Bill Murray y Tilda Swinton, Gómez admitió que ni las celebridades, ni las grandes empresas hacen gran cosa por ahora para proteger a los jóvenes. "Es casi imposible, no hay nada para bloquear (los contenidos), están expuestos de forma inmediata", agregó.

La película del estadounidense Jarmusch, en liza por la Palma de Oro, se centra en una apacible localidad de nombre banal, Centerville, donde empiezan a suceder cosas extrañas: la luna está omnipresente, los animales se comportan de forma inhabitual... Los habitantes comprenden entonces que los muertos están saliendo de sus tumbas para asesinarlos salvajemente.

Gómez interpreta a una hípster urbana de visita al pueblo que cae en manos de los muertos vivientes, mientras Iggy Pop encarna a un zombi adicto al café, Murray y Driver son policías fatalistas, y Swinton, empleada de las pompas fúnebres, maneja el sable a lo Kill Bill.

Una película disparatada, pero también anclada en la realidad y es que detrás de los zombis grotescos y sus banquetes sanguinolentos, el cineasta dispara contra los Estados Unidos de Donald Trump y la sociedad de consumo.