Mujica a su intérprete en “La noche de 12 años”: “Qué suerte que la hicieron”

"No entiendo nada de cine", le aseguró el expresidente de Uruguay José Mujica a su intérprete en el filme La noche de 12 años, el español Antonio de la Torre, antes de comenzar con una entrevista en Venecia, donde fueron a presentar la película entre agosto y setiembre.

De la Torre entrevistó a Mujica para El País de España y allí rozaron diversos temas sobre la película. El expresidente, como ya había dicho anteriormente, no quiere volver a ver el filme, sobre todo por la madre. "Los sentires no se pueden expresar con palabras y, como cualquier hijo de vecino, sientes con la madre cosas que pasaron, y por eso no la quiero ver", señaló.

"Qué suerte que la hicieron cuando aún quedamos algunos acá", dijo sobre la película de Álvaro Brechner. "Me trae recuerdos de muchos compañeros que se quedaron en el camino, anónimos, y el Ñato (Eleuterio Fernández Huidobro)", agregó.

En un momento de la nota, de la Torre escribe: "Observo al Pepe comer con gran apetito y siento la paradoja de haberle interpretado en una película donde sufrió la falta de comida y la locura".

"Te veo muy bien, Pepe", le señaló aquel día. "¿Y qué querés, con la comida que estoy comiendo?", respondió el expresidente.

"¿Cuál es tu comida preferida?", le preguntó, a lo que Mujica respondió: "El asado contra el hueso, pero mirá que acá hay una comida bárbara (en referencia a Italia). Italia y España son los países de Europa donde privilegian la comida. Los franceses tienen bien la sobremesa. En Alemania tenés que irte a comer a un restaurante turco", agregó.

El actor también le preguntó por el Mundial de fútbol que pasó, a lo que Mujica expresó: "Un negocio estupendo. Es un deporte maravilloso el fútbol, pero es obsceno. Y el dinero que mueve, un coche de cada color. Hay una empresa alemana que hace llaves de autos que valen 30.000 o 40.000 dólares, ¡solo las llaves! ¡Estamos locos!".

Luego, ambos comenzaron a hablar de temas sobre los que reflexionaba Mujica en la época que refleja la película, como la economía mundial.

"La religión contemporánea es el mercado. En un mundo que tiene límites. Hay que empezar a tener más racionalidad. En cada producto, incluir el coste de cómo se recicla, aunque te cueste más caro. Ahora, esto requiere una revolución cultural. Las ciudades, si fuéramos más racionales, deberían habitarlas de 100.000 a 200.000 personas. Y eso sucede porque nadie piensa en cómo facilitar las cosas para la felicidad humana. Se plantea el crecimiento económico, pero no que tenemos una vida que se nos va a la mierda. Ahora la enfermedad moderna es la ansiedad", expresó Mujica.

"La vida que llevamos ahora llena de obligaciones. Tú no puedes ir al supermercado a comprar vida. Hay que plantearse la sobriedad y tener tiempo para hacer lo que se te canta. Eso es la libertad. En algunos países se consigue reducir la jornada por ley a seis horas y la gente lo que hace es trabajar el doble. Y no te digo que la gente pase hambre o necesidad, pero ¿para qué cuatro coches? ¡Estamos locos! Es fácil decirlo, pero cambiarlo...", señaló el expresidente, y aseguró que no puede cambiar el mundo pero puede "pelear para que no te lleve".