El pasado 24 de julio la cantante estadounidense Demi Lovato sufrió una sobredosis que casi le provoca la muerte. El parte inicial decía que había sido una sobredosis de heroína, sin embargo se reveló esta semana que la artista había consumido fentanilo, un opiáceo sintético.
Esta droga es unos 50 veces más fuerte que la heroína y se comenzó a utilizar en los años 60 para paliar el dolor de pacientes con cáncer. Su consumo en dosis altas y sin receta médica puede tener un efecto fatal, como fue el caso del cantante Prince, a quien le provocó la muerte en 2016.
Demi Lovato continúa en rehabilitación. "Siempre he sido transparente sobre mi viaje con las adicciones. Lo que he aprendido es que esta enfermedad no es algo que desaparece o se desvanece con el tiempo. Es algo que necesito seguir sobrellevando y aún no lo he logrado", publicó la joven artista.
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