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La cabecita, eh

De la piña a Desbocatti a la podadora de Scelza: el lado oculto del periodismo deportivo

El nuevo libro de Gerardo Bassorelli, "Son todos una manga de periodistas deportivos", indaga en varias rencillas famosas entre periodistas.

06.02.2019 13:59

Lectura: 5'

2019-02-06T13:59:00-03:00
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El periodista deportivo Gerardo Bassorelli, un veterano en esto de publicar libros sobre fútbol, decidió cambiar el eje en su última obra: en lugar de enfocarse en los deportistas -como ha hecho hasta ahora- apuntó la mira a sus colegas y a su propia profesión.

Mucho se dice de los periodistas deportivos en el Uruguay. O de algunos de ellos, al menos. Se los ha acusado de manipular, de favorecer empresas o directamente de protagonizar actos ilegales. Esta fama llevó a que se tejieran decenas de anécdotas -algunas reales, otras leyendas urbanas-, en las que los periodistas deportivos salen poco favorecidos.

En su libro Son todos una manga de periodistas deportivos (Fin de Siglo, 2019), Bassorelli recopila censuras, despidos, renuncias, serruchadas de piso, discusiones que culminan en trompadas y relacionamientos turbios entre empresas y periodistas.

Bassorelli se basó en los testimonios de decenas de colegas y se animó a consultarlos directamente por muchas de estas historias, con Tenfield como protagonista frecuente.

Los enredos del Toto Da Silveira en Telenoche, la amenaza de muerte a Diego Muñoz, cómo se armó el cuadro de Fox Sports, los pro Tenfield versus los anti Tenfield o el sicario que le perdonó la vida a Ricardo Gabito son solo algunos de los episodios relatados en forma pormenorizada.

A las piñas

El capítulo llamado Piña va, piña viene, por ejemplo, detalla varios encontronazos entre periodistas que culminaron a trompadas. Entre ellos, el de Martín Charquero y Carlos Tanco (quien encarna a Darwin Desbocatti) en Sudáfrica 2010. Según cuenta, Tanco se alojó en el mismo hotel donde estaban los periodistas de Tenfield, objetivo usual de sus chistes.

Tanco se cruzó con Charquero en el salón de desayunos del hotel y pretendió saludarlo, pero Charquero lo increpó por las burlas que le dedicaba y le tiró una trompada. Jaime Roos y Sergio Gorzy intercedieron para evitar que pasara a mayores. Charquero aseguró: "yo respeto a quien me respeta" y aclaró luego que "su personaje (Desbocatti) venía siendo demasiado agresivo" porque hacía bromas sobre el vitíligo, la enfermedad de la piel que padece.

"Vino a saludarme, ‘hola, ¿qué tal, cómo andás'', y yo le dije: ‘mirá, vos no me podés venir a saludar, si tenés dignidad y un poquito de sentido común no deberías venir a saludarme'. El que se puso en medio fue el padre. Si tuviera que pedirle disculpas a alguien, es al papá de él", contó en el libro Charquero. Aclaró que él no quiso que el tema saliera de ahí pero, en el libro, acusó indirectamente a Tanco de filtrar la información del incidente a Montevideo Portal (cosa que no es cierta). Al día siguiente, volvió a increparlo por este hecho (la supuesta filtración) a la hora del desayuno, según contó a Bassorelli. Agrega que lo hizo porque la noticia "salió en un portal con el que (Tanco) tenía una clarísima vinculación", aunque desde Montevideo Portal desconocemos a qué se refiere Charquero.

La podadora famosa

El periodista también se refiere en su libro a episodios recientes, como la enfermedad de Rodrigo Romano (la hernia que lo dejo fuera de muchísimos partidos), pero también a otros cuentos históricos. Entre las muchas historias que corren entre la gente, Bassorelli se animó a meterse con una de las más famosas: la lesión de Juan Carlos Scelza, provocada supuestamente por una tijera podadora

El hecho ocurrió cuando Scelza salió al aire en canal 10 sin poder mover uno de sus brazos. En su momento la explicación oficial fue que el comentarista había tenido un accidente al cortar un cable con una tijera podadora. Sin embargo, no es la historia que todos recuerdan. En épocas anteriores a las redes sociales, lo que se contó fue que Scelza había tenido un amorío con la esposa de un ex basquetbolista que, al descubrirlo, le había dado una tremenda paliza.

"Se dijeron una cantidad de disparates. Yo no tengo relación con ningún basquetbolista, con nadie. No entendía mucho lo que estaban diciendo. Que puede haber habido algunas cosas que se interpretaron de esa manera, como en cualquier vida privada, puede darse. Pero lo que se decía era de una fantasía tan grande, una imaginación tan grande", dijo Scelza al autor.

"Corté un cable. Al lado de mi suegra. Cuando a vos te dicen que estás saliendo con no sé quién y que el basquetbolista esto y lo otro, cuando vos estás en tu casa con tu familia para un asado... Si yo te digo lo que fui a cortar te morís de risa, Yo fui a cortar una enredadera de esas blanditas, con una tijera de podar chica, al lado de la barbacoa", dijo. A raíz de ese incidente, tuvo problemas para mover el brazo en el siguiente programa de Punto Penal. También negó que eso fuera detonante, tiempo después, de que abandonara el programa.

El libro de Bassorelli trata decenas de historias como estas, con el agregado de que son contadas por sus propios protagonistas. Deja en manos del lector, sin embargo, que se forme una opinión sobre cada uno de ellos.