Calamaro polémico: amor a las corridas de toros y paternidad ausente

Andrés Calamaro comenzó alejando a los animalistas al revelar cuál es su próximo proyecto. "Estoy preparando un libro de 200 fotografías taurinas y un disco que vamos a grabar durante los próximos meses. Un disco de estudio. Luego habrá otro en directo, pero ése lo voy a postergar. Después vamos a ensayar para una gira en Estados Unidos y luego otra en Sudamérica", dijo a El Mundo.

Instalado en Argentina, viaja a España habitualmente. "Tengo acá unas importantes relaciones intelectuales, culturales y musicales. Tengo mucho respeto a la gente del flamenco y del toro también. Donde hay gratitud y respeto es donde hay que estar también".

¿Y el amor por los toros? "De chico me llevaron a ver toros a México, es verdad. Pero empecé a ir con frecuencia con 30 años, cuando llegué acá. El mundo del toro me ofreció un respeto, una gratitud y una amistad, que son valores muy importantes". Sabe que lo "taurino" no es apreciado por la sociedad. "Pero eso va a cambiar. Va a ser como la barba o como el teléfono. Dentro de cinco años, nos va a dar vergüenza ir mirando el teléfono y nos vamos a afeitar".

Bromeó con que los ataques pueden ser "una conspiración de los fabricantes de comida para perros" y dejó un mensaje a animalistas y antitaurinos.

"Que abran bien los ojos. Mientras mucha gente se muere de hambre, se gastan miles de millones de dólares en alimentar perros y cortarles el pelo. Ésa es una industria que conviene... Es perverso, porque además el cariño que le depositamos a un perro es el que le restamos a nuestras propias familias en algunos casos. Hay que pensarlo y mantenerse distante. Lo principal es intelectualizarlo, no creer en el eslogan. Aprender a ver en los más profundo, aprender a sentir. Si no, dedicarse a otra cosa".

Sobre si la tauromaquia es un arte, opinó: "a mí me parece tremendo que en Internet sea un jurado de qué cosa es arte y qué cosa no. Como si hubiéramos escuchado tanta música, pintura y literatura como para decir con suficiencia que la tauromaquia no es arte. ¿Quién lo dice? ¿Picasso? No. ¿Orson Welles? Tampoco. ¿José Bergamín? ¿Manuel Chaves Nogales? ¿Ernest Hemingway? Ninguno de esos lo dice y Salvador Dalí tampoco. Y esos saben de arte".

La polémica siguió al describirse como padre. "La veo poco a mi hija. Soy un padre peculiar... Siendo cantante, hago muchas giras, grabo discos y viajo mucho. La hija vive con la madre y yo estoy acá, pero el mes que viene nos vamos a ver. También hay toda una vida por delante para que descubra la clase de padre que tiene. Según vaya madurando, sabrá si le gusta o no".