Roberto Gómez Bolaños se ganó una fama: la de conquistador. La leyenda dice que algunas de las actrices más lindas del mundo cayeron ante sus encantos y así lo corroboró quien fuera su mujer por 40 años, Florinda Meza.
A pesar de que su historia comenzó de extranjis, porque él estaba casado, el amor fue más fuerte: "Siempre me dejaba una flor, pero cuando dejó de hacerlo, yo pensé que él ya no me quería y estaba enojado conmigo porque yo nunca le respondía nada. Pero él vino a preguntarme si yo estaba enojada y yo le dije que no, y le pregunté si él estaba enojado porque yo no le contestaba. Ahí él se dio cuenta que ya me estaba enamorando y dejó de querer conquistarme", contó.
En diálogo con Gerardo Rozín la actriz contó también cómo fue su primer beso: "Estábamos de gira, después de una presentación, en un bar y charlábamos los dos. En un momento le reproché por qué si era tan bueno le hacía esas cosas a la mujer, y él me contestó que a veces quería que alguien le dé cariño, le dé un beso. Entonces yo le contesté: ´Cuando quieras un beso, bésame a mí´, y me besó y a mí me sabió muy rico".
Emocionada, Meza explicó que en el último tiempo el actor ya estaba muy mal a causa del cáncer. Aunque pudieron vivir, en 2014, el último aniversario de su primer beso, el 19 de noviembre. "Probó el champagne, nos dijimos las mismas cosas de siempre, ´Cuando quieras un beso, bésame a mí´, y parecía que le había pedido permiso a la muerte para pasar nuestras dos últimas fechas juntos. Y sólo a él la muerte le podría haber dado tiempo".
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